machismo del evidente, del consentido y del subvencionado

este año he vuelto a ir a las fiestas de aranda y he encontrado a mis amigos habituales de copas en la tramoya, vestidos con sus chalecos y sus ropajes de peña orgullosos ellos de pertenecer a un grupo de varones que se pasan una semana al año haciendo lo que mejor saben hacer: divertirse a sus anchas.

con ellos tuve una charla sobre la cultura patriarcal arandina y sus constumbres machistas, vistas en todo su esplendor cuando el pueblo se viste de fiesta (sea la que sea).

me discutían que las peñas no son sexistas, ni machistas, ni ilegales, sino todo lo contrario y explicaban la ausencia de mujeres en sus filas a la costumbre del lugar y a la negativa de las mujeres a entrar en un circulo privado de varones, donde saben que nada tienen que hacer.

yo les explicaba que todo eso eran argumentos que me salían a mi por las orejas y que con la ley en la mano y una buena demanda, les podía dejar fritos en sus peñas, obligándoles a bajarse sus ridiculos pantalones de pana o paño peñeros, puesto que lo que había en estas peñas era una clara discriminación por razón de sexo, definida en el artículo 6 de la Ley Orgánica para la Igualdad y denunciable en los Juzgados y ganable desde todo punto de vista, sea el de una experta como yo o el de unos legos en derecho como ellos, que tuvieron que darme la razón e invitarme a una copa por todo el garbo que le ponía al asunto de defender a las mujeres y las vejaciones a las que nos enfrentamos en este país en el que vivimos (y bastante mejor que en otros, dicho sea de paso) .

pues bien, ahí quedó la conversación y un mes después, me entero gracias a heterodoxia, hombres por la igualdad quien ha recogido la noticia en el diario de burgos que explica cómo una denunciante anónima ha puesto el dedo en la llaga.

no fui yo quien envió ese correo, porque yo, de haber hecho algo, hubiera enviado una demanda directa a los juzgados. lo que si que he hecho durante unos cuantos veranos ha sido acercarme al ayuntamiento para hablar con las personas encargadas del area de igualdad, la concejala o quien estuviese (que nunca estaba nadie) para explicarles lo necesario que era que en ese pueblo alguien metiera mano en los temas de igualdad, porque están tan perdidos como podridos por el tema de urbanismo.

pero la evidencia es tal, que estoy segura de que llegará el año en el que tendrán que cambiar las cosas, aunque leyendo la respuesta que la concejala en igualdad ha dado, me entran más ganas de llorar que de pensar que existe algún atisbo de esperanza.

y yo seguiré buscando cada verano a alguien que me escuche en el ayuntamiento, en mi pequeña rebelión por la búsqueda de un mundo más justo.